El seminário internacional “Resistencia y construcción de movimiento: confrontando al neoliberalismo desde la economía feminista y los comunes”, organizado por la Marcha Mundial de las Mujeres, llegó a su segundo día el último martes (18). Por la mañana tuvo lugar el debate “Resistencias en los territorios: aprendizajes y desafíos”, que contó con la participación de Alessia Dro, integrante del Movimiento de Liberación de las Mujeres de Kurdistán, Sophie Ayoo Ogutu, militante de la MMM en Kenia que actúa en la articulación de organizaciones populares en su país, y Osawa Binesh Albert, integrante del Consejo de la Red Indígena de Medio Ambiente (IEN por sus siglas en inglés) de Estados Unidos. La discusión fue mediada por Chung-Wha Hong, directora de Grassroots Internacional.
Mujeres insurreccionarias
Alessia presentó reflexiones sobre la resistencia de las mujeres kurdas y propuso un debate sobre qué significa la política para las mujeres. Las mujeres se organizan en comunas feministas y deciden colectivamente quién va a participar de las comunas mixtas. Ellas resisten al poder del Estado mientras resisten también al poder de las corporaciones. “No se puede ver la historia desde la civilización hegemónica de los Estados, sino desde la civilización democrática de los pueblos”, afirmó. Desde esos principios, las mujeres kurdas resisten contra la militarización, el autoritarismo y la intervención religiosa.
Feminismo en comunidad
Por su vez, Sophie habló sobre la experiencia de auto-organización de mujeres en comunidades en Kenia como forma de resistencia a diversas opresiones. Como colonia británica, el pueblo keniano fue muy explotado, sobre todo las mujeres. Ella relató que las mujeres caminan mucho en las selvas para buscar agua, leña y comida y que en su itinerario diario son violentadas sexualmente por los colonizadores. Cuando la violación produce un embarazo, tras el nacimiento los hombres deciden si van a asesinar a los niños y en estos casos, las mujeres son expulsadas de sus comunidades.
“¿Y si nosotras nos reuniéramos y fuéramos a vivir juntas? fue una de las cuestiones que impulsó la alianza entre mujeres con la finalidad de sobrevivir y transformar sus vidas y el mundo. Actualmente “Umoja Uaso Village” (una palabra que significa “juntas”) es el nombre de esta primera comunidad donde toda la economía, política y vida cotidiana son organizadas colectivamente por las mujeres. Tras esa exitosa experiencia, otras comunidades empezaron a autoorganizarse en otras comunidades en el país. Sophie afirmó la importancia de la articulación de esas experiencias para la lucha feminista de resistencia al capitalismo, que concretan la economía feminista en el ámbito local y potencializan la construcción de la MMM.
El capitalismo destruye a la vida y a la naturaleza
Binesh habló sobre la resistencia de las mujeres indígenas desde Estados Unidos. Habló sobre la cosmología de su pueblo, en conflicto con la visión occidental. Para ella, proteger la tierra y las aguas es algo muy importante porque expresan una relación de interdependencia entre las personas y la naturaleza y, por lo tanto, la responsabilidad con el cuidado — al revés de lo que plantea el sistema capitalista, que mercantiliza, banaliza y destruye los bienes comunes.
Ella también habló sobre el modo como el gobierno de Donald Trump incrementa la violencia y las contradicciones pero que la idea de desarrollo cumplía el mismo papel en los gobiernos anteriores. “El desarrollo ataca a las mujeres y a la Madre Tierra”, crítica. Desde hace tiempo, las más de 500 naciones indígenas de EE.UU. luchan contra el control de las corporaciones en los territorios.
Resistencia es vida
La fuerza de esas experiencias de construcción de resistencias y autoorganización popular y feministas inspiraron a los debates del segundo día del seminario, que contribuyeron para la construcción de un imaginario político sobre el mundo en que queremos vivir, los desafíos y contradicciones a que nos encontramos en el camino de su construcción. La discusión colectiva reafirmó la centralidad de llevar a cabo luchas para resistir a la violencia y a la exploración del capitalismo racista y patriarcal, y simultáneamente construir sociedades basadas en la igualdad, justicia y solidaridad. La expresión kurda “Berxwedan Jiyane” (“resistencia es vida”) sintetiza la visión política que orienta el feminismo internacionalista de la Marcha Mundial de las Mujeres.
Por la tarde, las mujeres continuaron debatiendo, esta vez con el tema “Feminismo en movimiento”.